martes, 22 de mayo de 2012

Equipamiento Militar


El armamento habitual portado por los Templarios en Tierra Santa, a lo largo de los siglos XII y XIII, consistía en:
Yelmo o casco cilíndrico de hierro, con visor rectangular estrecho.
Cota de malla en forma de caperuza. Se fabricaba sobre cuero, donde se insertaban anillas o placas metálicas. Recubría el cuello, los hombros, el torso y la espalda con faldeta para proteger los muslos.
Espaldera, que hacía las funciones de coraza posterior.
Calzas, se prolongaban en las perneras de hierro.
Túnica de tela blanca. Recubría todo el conjunto para aliviar el calor. Sobre ella flotaba la capa blanca con la cruz roja al pecho.
Escudo, de forma elíptica con apunte triangular. Se construía con planchas de madera recubiertas de hierro y se acoplaba al brazo izquierdo.
Lanza larga, de hasta 4 metros, en madera con astil de hierro bien afilado.
Espada de doble filo y longitud variable.
Maza turca de plomo y bronce con aristas cortantes.
Machete ancho de un solo filo.
También se les entregaban tres tipos diferentes de cuchillos, una gualdrapa o manta para cubrir su caballo, un caldero, un cuenco para medir la cebada y seis alforjas.
El conjunto superaba ampliamente los 40 kilos y requería un vigor extraordinario para soportarlo y manejarlo con soltura. El caballo también iba acorazado y protegido.
Una imagen muy frecuente asociada al Temple es la del sello templario, que muestra a dos caballeros sobre la misma montura, y cuya interpretación habitual dice que representa la pobreza de la orden en sus inicios, si bien diversos autores señalan que podría ser la representación de San Juan y San Pedro, cuyas doctrinas habrían sido abrazadas por la Orden, es decir la doble cruz, latina y griega, que superpuestas dan la de Lorena o patriarcal, usada por el Temple.
El sello templario
Otras teorías sostienen que dicho sello señalaría la relación entre los Templarios y las enseñanzas ocultistas y esotéricas, pues relacionan la palabra "cábala" con "caballo" o "caballería", argumentando que poseen la misma raíz original. Asimismo, destacan la frecuencia de los números cabalísticos en el Temple (como por ejemplo los nueve caballeros en los primeros nueve años) y su obsesión por la dualidad que vendrían representados en el sello, y serían una clave para iniciados. Como se puede ver, hay opiniones para todos los gustos, cosa frecuente al hablar de los Templarios.

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